“El mayor enemigo de las personas con discapacidad es la protección natural de los padres”
TSC: ¿Qué es la asociación DETUMO?
Melchora Maestre: La asociación DETUMO es una asociación de familiares y amigos de personas con discapacidad de Posadas.
TSC: ¿Con cuántos socios cuenta la asociación? ¿Y trabajadores?
Melchora Maestre: Socios tenemos setenta, pero son setenta familias, no personas. Y trabajadores tenemos, normalmente, dos, y según campañas o según proyectos o subvenciones, podemos llegar a tener hasta cuatro.
TSC: ¿Cómo ha sido la evolución de la asociación?
Melchora Maestre: La evolución ha sido muy positiva en los últimos años. La asociación se creó en el año 2003 por un grupo de padres que vio la necesidad de crearla. Más tarde, en el 2015, esas personas que la gestionaban dejaron de hacerlo debido a su edad. Ahí tomamos el relevo otras personas y, entre ellos, yo de presidenta.
A partir del 2015 creímos que había que darle un cambio, porque lo que se hacía era un taller de tres horas donde se hacían manualidades, teatro y una serie de actividades de tipo lúdico. Cuando llegamos nosotros decidimos que queríamos darle forma de un Centro de Día, aunque no tengamos tal reconocimiento por la Junta de Andalucía.
Desde esa fecha hasta hoy, hemos conseguido tener un centro abierto desde las diez de la mañana hasta las cinco de la tarde, donde se trabaja a diario habilidades sociales, lectura y escritura, taller de euros, resolución de problemas, hacemos salidas culturales, habilidades domésticas y terapias, entre otras cosas.
La asociación estaba en Rivero de Posadas, que es una pedanía del municipio, y había un autobús que llevaba hasta allí a los chicos y chicas, y a las tres horas los traía de vuelta. Entonces existía el problema de que, el que no llegara a tiempo al autobús, perdía el día entero. Por eso, nosotros decidimos venirnos a Posadas. Solicitamos al Ayuntamiento un local y no los concedió, por lo que ahora estamos en el Centro de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Posadas.
Ahora, gracias a subvenciones, a las cuotas de los familiares y algunas actividades que realizamos durante el año, tenemos un servicio de atención psicológica. También nos hemos juntado con APANNEDIS, que es una asociación de personas con discapacidad de Palma del Río, para que los niños de la zona que necesitaban recibir a terapia a APANNEDIS, no tuvieran que ir hasta allí, sino que fuesen los técnicos de APANNEDIS los que viniesen a nuestra sede a dar la terapia.
La evolución a nivel socios es diferente. Los socios solo eran los padres de los usuarios. Había diez usuarios, por lo que teníamos diez socios. Después aumentamos los usuarios hasta los treinta y cinco, que son los usuarios que tenemos a día de hoy. Hace unos años les pedimos a los familiares que captaran socios, y que trajeran cada uno un socio o dos. A día de hoy somos setenta socios.
La cuota es de 24 euros al año.
TSC: ¿Realizáis algún tipo de actividad económica?
Melchori Maestre: Sí, hacemos varias cosas. Tenemos una “mini empresa”, en la gestionamos el puesto de chucherías del cine municipal, cosa que nos ofreció el Ayuntamiento de Posadas.
El otro día, por ejemplo, una asociación que hizo un acto, nos ofreció ocuparnos del perchero. Nosotros decimos: ¿qué tenemos a siete personas a las que les es viable realizar este trabajo? Pues siete voluntarias. La técnico de la asociación lo coordina y, por ejemplo, hace el cuadrante. Nosotros intentamos hacer lo que se nos propone.
Otra actividad se llama “Taller de eventos”. Consiste que en San Valentín, navidad, feria o carnaval, pensamos qué podemos hacer y lo hacemos. Este año hemos hecho un bote con forma de reno con bolas de chocolate blanco y negro, para después venderlos. Son, en definitiva, manualidades que hacen los usuarios de la asociación y que sirven para desarrollar su psicomotricidad, su creatividad, y además tiene un fin económico.
Es importante decir que lo que se recauda no va destinado a la asociación, sino que es para ellos. Hacemos asamblea al final de mes, vemos lo que han costado los materiales, qué cantidad de productos hemos vendido, las horas que han echado cada uno, y le repartimos el dinero a ellos. Preguntamos a los familiares qué necesitan comprar, salimos de compras con los usuarios y adquirimos lo que nos hayan dicho, para que ellos disfruten de los frutos de su trabajo.
Cualquier actividad que se nos ofrezca, nosotros estamos dispuestos a realizarla si nos es viable. Cuando nos enteramos que alguien o alguna asociación va a hacer una actividad, nosotros le llamamos y nos ofrecemos para proporcionar ayuda.
Por ejemplo, cuando La Caixa hace una campaña como “un niño sin bigote” o “una bola solidaria”, nosotros vamos e intentamos colaborar con ellos.
Nos sentimos afortunados porque todo el mundo nos da, por lo que queremos ser agradecidos y dar también.
TSC: En Posadas, DETUMO cuenta con una gran trayectoria y reconocimiento. ¿Os sentís respaldados por el Ayuntamiento?
Melchora Mestre: Totalmente respaldados. Piensa que nosotros gestionamos el taller de personas con discapacidad del Ayuntamiento. O sea, el respaldo y la confianza son totales.
Cuando hacemos alguna actividad, le decimos al Ayuntamiento lo que necesitamos, y nos dan todo lo que pueden. Por ejemplo, han abierto el cine municipal y han pensado en nosotros para gestionar el puesto de chucherías.
Nosotros en estas instalaciones municipales no pagamos luz, ni agua, ni internet, ni teléfono. Sí, el respaldo es absoluto. Es que nosotros somos el Ayuntamiento, hacen que nos sintamos así.
Queremos más, eso siempre. Esa frase la inventamos nosotros.
TSC: Uno de los objetivos de la asociación es la inserción laboral de personas con discapacidad. ¿Qué facilitaría esta cuestión?
Melchora Mestre: En la asociación tenemos a personas con discapacidad que están muy capacitadas para trabajar. No hemos tocado ese tema todavía, porque nuestra forma de hacer las cosas es, si empezamos algo, darle continuidad. Y esa cuestión todavía no la hemos tocado.
Lo que está claro es que una persona con discapacidad intelectual necesita apoyos, en el sentido de que necesita tener a una persona que la supervise, la guíe y la enseñe, y le de seguridad. También hay que adaptar el horario, porque se les hace mucho más duro ocho horas, y se va a desmotivar. Por lo que para que ellos trabajen, es necesario tener a otra persona contratada a cargo, y esto es otro gasto.
Una persona con discapacidad física no necesita tanta adaptación, es diferente.
Lo que hacemos nosotros son cursos y formaciones dirigidas al empleo. Y la práctica, por ejemplo, en el puesto de chucherías ya la estamos haciendo. Pero fuera de la asociación no podemos garantizar a nuestros usuarios que vayan a estar protegidos en el trabajo, es algo que se nos escapa.
Las empresas tienen que darse cuenta de que para contratar a una persona con discapacidad no pueden tener un fin económico con su contratación. Va a ganar en calidad humana, eso sí, porque eso ellos lo aportan de sobra.
TSC: ¿Hay comunicación o proyectos conjuntos entre las asociaciones?
Melchora Maestre: Nosotros somos hermanos de la Asociación SONRISAS de Almodóvar del Río, y de la Asociación REMOLINOS de Hornachuelos. También estamos en comunicación conjunta con APANNEDIS, de Palma del Río. Entre las asociaciones de discapacitados hay muy buena comunicación generalmente, hay mucha solidaridad y fraternidad.
Fíjate si hay solidaridad, que a nivel local el Ayuntamiento tiene unas subvenciones para las asociaciones a concurrencia competitiva, pero entre las asociaciones nos comunicamos y vemos quién necesita más y quién necesita menos. Si alguien necesita más dinero para hacer un proyecto, las demás nos retiramos. No competimos entre nosotras. Es que si no fuese así, el espíritu asociativo no sería real.
Este año vamos de visita a la Asociación AVAIN, en el Viso del Alcor, porque tienen una vivienda tutelada, y queremos ver cómo funciona esa idea.
TSC: ¿Cómo ve actualmente asociacionismo? En especial en los jóvenes.
Melchora Mestre: Tengo la suerte de decir que no hay otro pueblo con 7.000 habitantes que tenga más asociaciones activas, como ocurre con Posadas. Eso lo digo apostándome una mano. Posadas en asociacionismo puro. Y el Ayuntamiento lo tiene bien organizado, porque nos ha dividido en grupos (social, deporte, cultura…) y estamos en contacto directo con el Concejal de cada ámbito.
TSC: En las empresas se habla del relevo generacional. ¿Sucede esto también en las Juntas Directivas de las asociaciones?
Melchora Maestre: En este caso es peculiar, porque para nuestra Junta Directiva es generalmente necesario que los candidatos se hagan mayores. Es decir, cuando un padre tiene un hijo con discapacidad, al principio está cubierto por Atención Temprana, después por Educación, pero a los 21 años ya te ofrecen centro de día, centro ocupacional o residencia. Si tú no has trabajado el desapego con tu hijo hasta que no ha tenido 21 años, que hasta esas edad lo has tenido en el colegio del pueblo, no eres capaz de separarte de él, porque a esa edad le toca ir, como muy cerca, a Palma del Río, a 25km. A las 7:30 de la mañana toca el reloj, a las 8:00 el autobús en la puerta, y hasta las 17:00h no vuelve. La persona que no ha trabajado ese desapego es incapaz de hacer eso.
Entonces, en la asociación tenemos este centro para que las personas tengan un recurso alternativo a ir a otro municipio. A lo que me refiero es que la asociación no es necesaria para los padres hasta que sus hijos tiene 21 años mínimo, lo que significa que los padres entran en la asociación siendo mayores. Por lo que, la Junta directiva, que está formada por los padres, está generalmente compuesta por personas mayores.
Ahora mismo en la Junta Directiva no hay nadie que no sea familiar de una persona con discapacidad. En los socios sí, pero en la Junta Directiva no. Eso es algo en lo que estamos trabajando. Tanto la captación de socios que no tengan familiares con discapacidad como traer a la Junta Directiva personas en esta situación, para que nos den otra visión. Y esa visión es necesaria, yo siempre digo que el mayor enemigo de una persona con discapacidad es la protección natural de los padres.
TSC: ¿Qué retos tenéis como asociación? ¿Y qué necesidades?
Melchora Maestre: Vendernos bien y vendernos más. Tenemos cuenta en Facebook y tenemos un blog, donde ponemos todo lo que hacemos. En el Facebook tenemos muchos “me gustas”, pero tenemos que hacer que nos conozcan más. Creemos que la gente sabe lo que hacemos, porque le hemos dado mucha visibilidad participando en todo, pero todavía nos falta por hacer.
Respecto a las necesidades, te diría que todo vale dinero. Entonces, si en vez de tener meses a la psicóloga la pudiéramos tener más tiempo, o la terapeuta integral tenerla más de dos veces en semana, sería muy positivo. Así con todo, y todo vale dinero. Una persona con discapacidad tiene un ingreso mensual, pero hay que pensar que es importante que tengan un ahorro. Entre que el ingreso es poco, alrededor de 460 euros, y por lo menos la mitad tienes que guardarlo. Es muy poco dinero. Y las familias con recursos más escasos necesitan de este dinero, o incluso esa falta de recursos puede venir porque a la madre le ha sido imposible la conciliación laboral. A lo que voy es que desde la asociación no podemos pedirle dinero a la familia, por mucho que valgan los talleres que ofrecemos.
¿Qué nos falta? Muchas cosas. Tenemos muchas cosas también, aunque nos falta más cobertura. Lo resumo todo a lo económico porque con lo económico está todo solucionado.
Y el reto en el que estamos ahora es que necesitamos más espacio. Como, en la planta baja del centro de Servicios Sociales se encuentra en un lado DETUMO y, en el otro, Servicios Sociales, nos han proporcionado también la parte de arriba. Pero nosotros somos personas con discapacidad, y muchas tienen movilidad reducida. Hemos solicitado al Ayuntamiento que nos proporcione un ascensor, y nos lo están haciendo. Cuando lo tengamos, junto a APANNEDIS, gracias al Ayuntamiento de Posadas y a la Diputación de Córdoba, vamos a proporcionar más servicios en el centro como es una cámara de Gesell, un gimnasio o sala de fisioterapia, y una salía multisensorial. Ahí se podrán traer más servicios de APANNEDIS a Posadas. Esto lo queremos tener montado en un plazo de dos años, como muy tarde.
Todo esto no va a ser solo para nuestra asociación. Lo vamos a crear con un fin asociativo, por lo que si otras asociaciones lo necesitan, se lo vamos a dejar. Vamos a hacer un cuadrante para que haga uso de ellas quien la necesite, para utilizarla todos mientras la usemos bien. Es un servicio comunitario.
TSC: Personalmente, ¿qué te hizo tomar la dirección de la asociación?
Melchora Maestre: Varios factores. En lo laboral, me quedé sin trabajo, por lo que tenía tiempo y disponibilidad. Mi hijo también tenía una edad en la que ya no necesitaba tanto mi acompañamiento. Además vi que las personas que estaban en la Junta Directiva estaban mayores y necesitaban un relevo, y vi que si no se producía esto, la asociación se podía acabar.
Yo sé que nunca voy a dejar la asociación. De presidenta sí lo dejaré algún día, pero siempre voy a estar involucrada. Aquí tú vienes a hacer un voluntariado para ayudar, pero la que sale reconfortada, la que ha disfrutado y a la que han ayudado es a ti.
TSC: Las asociaciones son entidades de Economía Social, ¿piensas que este concepto, “Economía Social” es generalmente conocido?
Melchora Maestre: No, para nada. Es el gran desconocido. Yo hace años fui a unas jornadas de economía social, y todo el mundo se sorprendió porque no sabía ni lo que era ni la importancia que tiene. Es una economía que es la base de todas las economías. Y no se conoce, hay que trabajarlo más, también a nivel empresarial. Por eso, me encanta lo que vosotros hacéis porque es un trabajo que se va a ver. No es inmediato pero se verá. No os podéis aburrir.
TSC: ¿Cómo ve el futuro de la asociación?
Melchora Maestre: Si seguimos trabajando, muy positivo. Con la ilusión que tenemos, lo vemos bonito. Y espero que nunca se acabe aunque nosotros nos marchemos, porque nos marcharemos. En esta asociación, mínimo los familiares vamos a estar pase lo que pase, por lo que no va a desaparecer.
Contacto: José Miguel García
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