“Mientras haya cooperativas seguirá existiendo el medio rural”
Almazaras de la Subbética nace como fruto de la unión de varias cooperativas olivareras. Desde Territorio Social Córdoba entrevistamos a la ingeniera Nuria Yáñez, su Directora Técnica, que lleva más de veinte años trabajando para esta industria. Mujer comprometida con el desarrollo local, ha recibido el distintivo de Mejor Mujer Productora de Aceite del Mundo en los EVOOLEUM Awards 2022
TSC: ¿Qué servicios ofrece Almazaras de la Subbética a los socios?
Nuria Yáñez: En Almazaras de la Subbética intentamos dar cercanía y facilitarles el día a día a los agricultores. Tenemos recolección de aceituna para aceite, que ahora mismo estamos en plena campaña; También recogemos aceituna de verdeo, para aceituna de mesa; Recogemos membrillo, porque esta zona tiene todavía huertas en las cuales tenemos el cultivo de este fruto, que recepcionamos y elaboramos zumo. Todo esto respecto a la producción. Prestamos servicios de asesoría jurídica, servicios de ayuda respecto a la Política Agraria Común, de tramitaciones varias (carné de plaguicida, renovaciones, cercado de una finca…), ayudas a la modernización, ayudas a jóvenes agricultores… También tenemos tienda de suministros, en la que te puedes comprar desde unos zapatos a una máquina vibradora, y contamos con varios almacenes de productos fitosanitarios con un servicio técnico para asesorar en el día a día sobre los tratamientos del olivar.
TSC: ¿Cómo surgió la iniciativa? ¿Cuál fue el origen de la cooperativa?
Nuria Yáñez: En el año 1954, un grupo de agricultores de Carcabuey decidieron montar una cooperativa para recepcionar la aceituna. Comenzaron con muy pocos kilos, y eran alrededor de 10 agricultores. En el año 1981, un chico joven que había estudiado magisterio, decide postularse con éxito como presidente de la cooperativa, que en ese momento se llamaba SCA Virgen del Castillo. En ese momento se da un vuelvo porque era un chico que tenía una mentalidad más empresarial. La empresa estaba situada dentro del pueblo y deciden comprar un terreno en las afueras. Se montó una fábrica moderna, en el año 1994, y este presidente se volcó en facilitarle el trabajo al agricultor. Posteriormente se crea la sección de membrillo, porque había mucho y no había sitio donde se recogiera. En el año 2007 continuaba el mismo presidente, Francisco Serrano, se produce una fusión entre esta cooperativa, Virgen del Castillo, y otra de Priego de Córdoba. Ahí es cuando nace Almazaras de la Subbética, y se da un salto grande en el número de agricultores. En el año 2020 se produce otro proceso de fusión, en el que la cooperativa de Rute entra dentro de Almazaras de la Subbéticas. Ahora mismo, somos la cooperativa olivarera más grande de Andalucía. Tenemos unos 6.800 socios.
TSC: ¿Qué piensas que diferencia a Almazaras de la Subbética de las demás cooperativas olivareras?
Nuria Yáñez: Nos diferencia la calidad de nuestros aceites. Esta calidad viene de un trabajo y esfuerzo por parte de todos los departamentos. Hay un gran nivel de especialización. Ese es nuestro éxito, hacer las cosas bien, trabajar mucho y conseguir una calidad excelente.
TSC: Uno de vuestros aceites, “El Rincón de la Subbética Altitude”, ha recibido el distintivo al mejor del mundo. ¿Qué supone esto tanto para la empresa como para el territorio?
Nuria Yáñez: Para la empresa es lo máximo. Que tu aceite esté considerado el mejor del mundo es una satisfacción personal y profesional. Para la comarca significa también muchísimo. Al final, nosotros llevamos el nombre de la comarca como abanderados a donde vayamos, así que la repercusión es enorme. El nombre “Almazaras de la Subbética” llega como el mejor del mundo a Francia, a Alemania, a Italia y a muchos países. Nos sentimos unos abanderados de la comarca, y sentimos que esto repercute muy positivamente en la comarca a todos los niveles.
TSC: ¿A qué dificultades se enfrenta Almazaras de la Subbética?
Nuria Yáñez: Mayormente, a las dificultades de la climatología, porque dependemos plenamente de ella. También a las dificultades de nuestro territorio, que son olivares tradicionales con altas pendientes, en los que los costes de recolección son mucho más elevados que en otras zonas, como puede ser la campiña. Esto hace que tengamos que estar compitiendo día a día, y no nos queda más remedio que buscar la calidad y hacer nuestro aceite diferente al resto.
TSC: En la web de la cooperativa se observa que hay un espacio dedicado exclusivamente a la solidaridad. ¿En qué iniciativas solidarias se encuentra incursa Almazaras de la Subbética?
Nuria Yáñez: Llevábamos tiempo pensando qué podíamos hacer, porque si somos una cooperativa somos una empresa social y debíamos hacer algo por ayudar a los problemas que afectaba a nuestros socios. Con tal nivel de socios puedes imaginarte qué cantidad de problemas abarcamos (leucemia, cáncer…). Y pensamos en qué podríamos hacer nosotros. Surge una iniciativa en el año 2019, de naturaleza educativa y social, en el que nosotros vamos a los colegios y ofrecemos a los niños que realicen unos dibujos relacionados con la solidaridad, con el aceite y con el olivar. Recogemos esas cartulinas y la usamos cada una para envolver una botella de aceite. Cada botella es diferente porque la envuelve una cartulina con un dibujo único que ha hecho un niño. Con la venta de esas botellas, que lleva uno de los mejores aceites del mundo, que se encuentra el quinto en el top mundial, destinamos cuatro euros por botella a la Asociación Sonrisas Sin Cáncer, para la investigación de la leucemia infantil. Lo llamamos “Botellas con Alma”.
TSC: ¿Es Almazaras de la Subbética una entidad comprometida con el desarrollo sostenible?
Nuria Yáñez: Sí. Cumplimos varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, a nivel medio ambiental, estamos muy concienciados. Vivimos dentro de un Parque Natural. No es que apostemos por la sostenibilidad desde una perspectiva económica, sino como algo necesario para nuestro medio de vida. Intentamos realizar nuestra actividad la mejor que sabemos y lo mejor que podemos, intentando siempre ser sostenibles a todos los niveles: social, medioambiental y económicamente.
TSC: ¿Cómo valora el cooperativismo como vía al emprendimiento?
Nuria Yáñez: Muy positivamente. La unión hace la fuerza. Que un grupo de personas se unan para defender su producto es algo positivo, a uno solo le costaría mucho más trabajo.
TSC: ¿Supone el relevo generacional un problema para Almazaras de la Subbética?
Nuria Yáñez: Sí. No hay gente joven que lleve las tierras. Tradicionalmente, la agricultura no ha estado bien valorada. Son los propios padres los que nos decían: “si no quieres estudiar, al campo”. Entonces, hemos hecho que la profesión del agricultor o agricultora no esté valorada. Pero tengo que decir que actualmente van viniendo cada vez más personas jóvenes a solicitar las ayudas, por lo que parece que está habiendo una tendencia al alza en cuanto a la inclusión de gente joven en el sector.
TSC: ¿Desde el sector agroalimentario os sentís apoyados por las Administraciones Públicas?
Nuria Yáñez: De cara a industria, más o menos bien. Pero de cara al agricultor de a pie, cada vez tienen más burocracia administrativa. Y un perfil de agricultor, de 50 años de media, que no estén muy puestos en la informática, se les hace complicado. Por un lado, se entiende que haya que tener unos ciertos controles y garantías, pero sentimos que a veces de desborda al agricultor con trámites que se les hacen muy complejos.
TSC: ¿Tienen proyectos conjuntos con otras entidades o cooperativas?
Nuria Yáñez: Tenemos un grupo creado de cooperativas que abarcan toda la provincia de Córdoba, con las que nuestra comercialización del aceite es común. Abarcamos Villanueva de Córdoba, Pozoblanco, Castro del Río, Nueva Carteya, Bujalance, Doña Mencía… Toda la provincia de Córdoba y parte de Granada. Hacemos un trabajo común en cuanto a la comercialización de nuestros aceites.
TSC: Las cooperativas nacen desde un sentimiento asociacionista. ¿Piensas que ese sentimiento se va diluyendo con el tiempo?
Nuria Yáñez: Espero que no. Espero que no se pierda y que sigan existiendo las cooperativas, porque mientras existan las cooperativas seguirá existiendo el medio rural. Imagínate que aquí en la Subbética desapareciéramos las que existimos, qué pasaría, se procedería al abandono del olivar. Mientras haya cooperativas existirá el mundo rural.
TSC: ¿Cómo ve el futuro de Almazaras de la Subbética?
Nuria Yáñez: Lo veo muy positivo. Mientras que hagamos las cosas bien, trabajemos con ganas y con ilusión, nuestros agricultores seguirán siendo fieles y seguiremos siendo una piña. En breve vamos a crear una fundación que llevará nuestro nombre, en la que se realizarán proyectos muy ilusionantes y gratificantes para agricultores, socias, e incluso para mí como trabajadora.
TSC: Es la primera vez que entrevisto a una mujer como integrante de la dirección de una cooperativa. ¿Queda mucho por hacer?
Nuria Yáñez: Se está en ello. Es verdad que en la Administración está poniendo mucho de su parte para que lleguemos mujeres a los puestos directivos o a los Consejos Rectores. Que ya no es solo a los puestos directivos de las empresas, sino que en la mayoría de las cooperativas, los Consejos Rectores están formados por hombres. Y presidentas en la provincia hay muy pocas, creo que dos. Pero bueno, se están consiguiendo cosas. Y en este sector que está muy masculinizado, poco a poco se van viendo más mujeres. Yo siempre digo que somos muchas las mujeres que producimos pero pocas las que decidimos.
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